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Soy Mexicana, amo la literatura en general...hablar de letras es hablar de la vida, de la pasion que siento al escribir, desde muy niña. les invito a adentrarse en este espacio poetico donde se encontraran con sus sueños olvidados y volveran a renacer en el maravilloso mundo de las letras, todos los nombres y personajes que aparecen en la escena de cualquier poema o novela son totalmente ficticios, todos fabricados en la imaginacion de esta servidora, cualquier parecido con la realidad es solo coincidencia.

16 feb 2012

Otoño en la estación






Otoño en la estación
Berlin 1941.



Un día de otoño en la vieja estación
Dos jóvenes caminan
Es Lyam Schöneberguer el soldado
Apoyado en los hombros, de Radka la Judia.

Dos balas rusas atraviesan su costado
 Y se arrastra suplicante hasta las vías
…ni un alma, calles goticas…
solo hojas amarillas que  ornamentan
A la estación vacía…
Solo una joven de pie, junto al herido
Lo lleva valerosa, a su humilde guarida
Alli le atiende presurosa, y cura
Sus múltiples heridas .


A lo lejos el estruendo…el horror!
Aviones caza, tanques de guerra
Bombas, granadas, pesada artillería
Y en el alma de Radka un sentimiento
Profundo…abrasador, pero imposible!
Ella juro que jamás al enemigo amaría…
Mas en su pecho el corazón saltaba
Con rítmica alegría
Y en un acto espontaneo de confianza
Se contaron su vida
…que él era un civil reclutado
…que ella era una judía


Soy nazi, soy basura! -el decia-
Tu eres un ser humano exclamo Radka
Y veo en tus ojos mucho de dulzura
Sí que lo ves!-
Porque en ellos se refleja tu hermosura!
Se juraron amor eternamente
Que volverían a verse en algún día
La beso dulcemente,
 y pasaron las horas lentamente
…y pasaron los días,
Ayudada por Lyam Schöneberguer
Radka salvo su vida.
hoy vive en un pueblito de Inglaterra
Junto a su gran familia
Los hijos del soldado que en la guerra
Fue el amor de su vida.
Un día en la estación abandonada
Las hojas del otoño se caían
Sobre un camino serpenteante y largo
De rojos, musgo, terracota y mandarina
Y al final del camino se dibuja
Solitaria y oscura, una vieja guarida
Y bajo del umbral de aquella puerta
Dos ancianos caminan
Apoyados cada uno en su bastón
Sonríen y se miran…
Reflejando en sus ojos el amor
Que el uno al otro se tienen todavía.

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